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Somos eméritos de la sociedad granadina y queremos colaborar

Somos eméritos de la sociedad granadina y queremos colaborar

By In Prensa On 22 de febrero de 2017


Se sientan los cuatro doctores en la sala principal de la Real Academia de Medicina de Granada. Huele a biblioteca, a papel viejo. Varios tratados médicos con más de 200 años reposan en las vitrinas y dan solemnidad al encuentro, enmarcado en miles de tomos desgastados que tratan de desentrañar los males del cuerpo humano. El catedrático Armando Zuluaga, de 71 años y presidente de la Asociación de Amigos del Clínico, ejerce de anfitrión de un encuentro al que se suman con cuentagotas el ginecólogo y secretario, Pedro Clavero; Fernando Girón, profesor aún en activo y documentalista del Clínico y de la Universidad; y, por fin, un dicharachero José Hervás, jefe de nefrología durante muchos años, ya jubilado.

Se ríen, son cómplices, unos cuentan las batallas de los otros, sus victorias son compartidas y narran con caballerosidad que cuando ejercían todos se ayudaban. «Nos pedíamos favores profesionales fuera del oficialismo, de los papeles, y ese ‘alma’ es una de las características del hospital de San Cecilio, que en poco tiempo va a desaparecer», coinciden don Armando, quien no abandona el usted, y Pedro. Este último gasta más sonrisas que el presidente de la asociación, pero coincide con él en su defensa a ultranza del Clínico. Apenas salen nombres propios en sus remembranzas, la cuestión es que en algún quirófano perdido de ese viejo hospital al que no le quedan más de cuatro meses de vida se realizó el 27 de abril de 1979 el primer trasplante de riñón de la provincia. «Yo allí habré atendido unos 12.000 partos», se le ensancha el bigote a Pedro Clavero. «Mis padres los dos murieron ahí y mis hijos nacieron en él», espeta Hervás.

La hidalguía, profesionalidad y memoria de estos colegas -junto a otros 90 miembros, entre pacientes y sanitarios- cristalizó hace un año en la fundación de la asociación Amigos del Hospital Clínico San Cecilio. Su rabia por la pérdida de identidad de ese centro -que en breve se desmembrará para ser reubicado en las sedes del Virgen de las Nieves, el Maternal y el Campus de la Salud- se ha convertido en amor… «Queremos hacer un libro conmemorativo, promover estudios y actividades culturales. Además, y principalmente, deseamos ayudar. Somos los eméritos de la sociedad granadina, estamos en plenas facultades y queremos colaborar. Aquí estamos», declara Zuluaga.

Acaban de enfundarse de nuevo en la bata blanca -algunos no se la quitaron jamás, como el presidente, Armando- y han pasado a la acción. Su primer paso ha sido firmar un convenido con Cruz Roja de Granada para ponerse al servicio de la entidad «en lo que haga falta». Se han hecho socios, van a captar miembros para la oenegé, organizarán cursos, conferencias y seminarios dentro de programas científicos y actividades culturales. «Si nos piden que colaboremos y pasemos consulta, encantados. También nos hemos puesto en contacto con asociaciones de vecinos para prestarle nuestros servicios y ofrecer algún tipo de ayuda social en lo relativo a la salud», describen al unísono.

Enfermeras, médicos, pacientes, familiares… que tienen un arraigo con el hospital Clínico se han unido a esta asociación, cuyos impulsores tienen más ganas de ofrecer ayuda que de pedirla. «Somos mayores, pero a la vez necesarios para saber cómo es la memoria de la Medicina», insiste Pedro Clavero, defensor del parto tradicional y de intervenir sólo cuando sea necesario. Una los mira y entiende la frase: ‘El verdadero mal de la vejez no es el debilitamiento del cuerpo sino la indiferencia del alma’, de André Maurois. Los amigos de San Cecilio tienen el alma como un roble.

Vía Ideal