Tus amigos no te olvidan
By AmigosdelClinico In Prensa On 22 de febrero de 2017
El título de este reportaje parece el lema de una corona funeraria o la coletilla de una esquela, pero es el apropiado para señalar que deberá pasar mucho tiempo para que los granadinos olviden lo que ha significado para el devenir de la ciudad el Hospital Clínico San Cecilio. No hace mucho, un hombre imaginó que podría juntar a unas cuantas personas en torno a una nostalgia. Ese hombre se llama Armando Zuloaga y la base en la que sustentar la nostalgia es el citado hospital, que dentro de poco, cuando comience a funcionar el nuevo hospital del Parque Tecnológico, comenzará a ser pasto del recuerdo. Si alguien está interesado en pertenecer a esta asociación, hay un correo al que se pueden dirigir: amigosclinico@gmail.com
Armando Zuloaga nació en Colombia, pero estudió en España. Fue el primer catedrático de Urología de la Facultad de Medicina de Granada y hasta hace unos meses el jefe del Servicio de Urología del Hospital Clínico San Cecilio. Ahora está jubilado y quiere dedicar parte de su tiempo a la idea de hacer algo por el centro en el que ha trabajado gran parte de su vida. «Es que cuesta mucho desprenderse de algo que has querido durante mucho tiempo», señala.
Armando comentó la idea a varios de sus amigos y profesionales que trabajaron con él en el viejo edificio y surgió el proyecto -bastante avanzado- de crear la Asociación de Amigos del Hospital Clínico San Cecilio. «Es que dentro de poco el hospital será historia. Desaparecerá como tal, no solo su estructura, sino también su nombre».
Por lo pronto ya está formada la junta directiva. Todos pesos pesados de la Medicina. Armando Zuloaga será el presidente; el vicepresidente, Gonzalo Piédrola; el secretario, Pedro Clavero; el tesorero, Juan Antonio Molina Font; y los vocales, José Hervás y Fernando Girón. Los objetivos ya están claros en el primer punto de sus estatutos: «Promover, fomentar e impulsar actuaciones, iniciativas o estudios de carácter histórico, cultural, científico, jurídico, económico o cualquier otro que facilite el conocimiento de los logros hechos en el Hospital Clínico San Cecilio». «No queremos crear polémica, ni en este proyecto existen connotaciones políticas o reivindicativas, solo queremos recordar lo que ha sido este hospital», dice Juan Antonio Molina. «Somos muchas las personas que tenemos un sentimiento de pertenencia hacia el centro en el que hemos trabajado tanto tiempo, un sentimiento que ahora es de pérdida», explica Gonzalo Piédrola.
«Pocos hospitales en España cumplen tantos años de funcionamiento. Son hospitales que forman parte de la historia de la atención sanitaria en nuestro país, hospitales que han creado escuela de práctica clínica. Por ellos han pasado generaciones de profesionales. Del mismo modo, cientos de miles de ciudadanos han recibido atención sanitaria en estos centros», recuerda Pedro Clavero.
«El Hospital ha desarrollado su labor asistencial íntimamente ligada a la formación de profesionales sanitarios. Ha desarrollado además, una intensa y exitosa labor investigadora que ha sido referencia durante décadas, no sólo en Andalucía, sino en todo el país. No olvidemos que aquí se hizo el primer trasplante de riñón en Andalucía y lo hizo Armando», destaca Juan Antonio Molina Font.
Un centro sesentón
El profesor Fernando Girón, del Departamento de Anatomía Patológica e Historia de la Ciencia de la UGR, es quizás la persona que más sabe sobre el Clínico. Fue inaugurado el 12 de octubre de 1952, por lo que ya es sesentón. Según tiene escrito Fernando Girón, en su en su inicio, el centro se denominó Hospital Clínico de la Universidad Literaria de Granada. En esa fecha estaba en obras y solo funcionaba una parte del mismo. El centro lo inauguraron las máximas autoridades del Estado, entre ellas Franco, y únicamente pudieron entrar en servicio, unos meses más tarde, los pabellones de Administración y consultas, Quirúrgico y de Servicios. El pabellón destinado a Obstetricia y Ginecología permanecía ocupado por el Patronato Antituberculoso y el Pabellón Médico era parte del complejo de Sanidad Militar de la IX Región. Este último retornaría a la Universidad en la década de los cincuenta, pero el Patronato no devolvería el edificio hasta 1972. Finalizaba de este modo un largo proceso que se había iniciado muchos años antes.
Para construir el hospital y la Facultad de Medicina se compraron a Manuel López Sáez dos lotes de terrenos de labor situados en el lugar denominado ‘Las Eras de Cristo’. La primera compra se efectúa en 1916 y la segunda en 1922. El solar ocupaba cerca de cinco hectáreas y había costado algo más de 123.000 pesetas.
Posteriormente, bajo el rectorado de Fermín Garrido Quintana, catedrático de Patología Quirúrgica, se procedió al diseño de las necesidades de espacio e instalaciones, que quedaron plasmadas en una memoria finalizada en 1925 y titulada ‘Bases para la construcción del Hospital Clínico y Facultad de Medicina de Granada’. El Hospital se proyectó con una capacidad para 700 enfermos, 50 Hermanas de la Caridad y 60 enfermeros y enfermeras. Dado que era excesivamente ambicioso para la época, el proyecto se redujo drásticamente. Por fin, en 1928, se aprobó el proyecto realizado por los arquitectos Aurelio Botella y Sebastián Villalta, ambos del colegio de Madrid. Las instalaciones tenían un cierto carácter localista, e intentaban imitar el exterior de las construcciones andaluzas, especialmente en el Hospital. El coste total fue de 7.210.832 pesetas con 45 céntimos. «Luego fue más, pero ese era el coste inicial», matiza Fernando Girón.
La construcción del complejo facultad y hospital constituyó la obra más importante de cuantas se estaban realizando en Granada en esa época. Pese a todo, se llegó a 1936 con la práctica totalidad de los edificios acabados. En esta etapa se distinguieron como figuras importantes en su consecución Alejandro Otero Fernández, catedrático de Obstetricia, rector y diputado socialista y José Pareja Yébenes, catedrático de Patología y Clínica Médicas y ministro de Instrucción Pública.
La Guerra Civil obligó a utilizar algunas dependencias del actual hospital, primero, como acuartelamiento, y después como hospital de convalecencia, comenzando su andadura efectiva el 19 de Marzo de 1953, bajo la dirección de Emilio Muñoz, catedrático de Farmacología, que más tarde fue rector de la Universidad de Granada.
Vía Ideal